Algunos de los Gobiernos de izquierda han descrito los esfuerzos de Europa por endurecer sus fronteras como un intento de apaciguar a la extrema derecha y de garantizar la estabilidad social y la integración. Pero estos 12 últimos meses han puesto de manifiesto que estos esfuerzos podrían estar legitimando en realidad el exclusivista programa de los políticos europeos más opuestos a los inmigrantes, a pesar de que muchos economistas vaticinan que algunos países los necesitarán para compensar su cambio demográfico si quieren seguir siendo competitivos y tener mano de obra suficiente para pagar las pensiones de jubilación de unas poblaciones que envejecen a ritmo acelarado.
Guerra a los inmigrantes. Matthew Carr